«Estoy muy feliz. Ha sido una experiencia maravillosa». Con estas dos sencillas frases resume Brian Liao, la nueva mejor batuta joven del mundo, su paso por la segunda edición del Concurso Internacional de Dirección de Orquesta «Llíria City Of Music» 2023 de la que se ha proclamado ganador. Ahora, el joven podrá ser invitado a dirigir algunas de las mejores orquestas del panorama nacional e internacional. Lo está deseando porque «las orquestas españolas tienen un altísimo nivel», explicaba minutos después de la gran final celebrada el sábado.
Su triunfo es un reflejo de su depurada técnica como director, su regularidad en todas las fases del concurso, su musicalidad y, también, su carisma. Lo demostró en cada una de las fases pero, especialmente, en la final en la que se enfrentó a la obra contemporánea Monologue for chamber orchestra de Amparo Edo; Variaciones rococó para cello y orquesta de Tchaikovsky, con la solista Mar Bonet; y Egmont (Obertura), Op.84 de Beethoven. «Es el mejor preparado para dirigir cualquier obra con solvencia», esgrimieron varios de los miembros del jurado durante la deliberación.
No es novato en esto de los concursos, pero sí es su primer triunfo. Fue segundo en el Concurso Internacional de Dirección Only Stage y tercero en el Concurso Internacional de Dirección BMI de Bucarest y en el Concurso Internacional de Dirección de Música China en Hong Kong.
Se ganó al jurado profesional, pero también a los músicos de la orquesta. Con su técnica y, también, con su simpatía y carisma. En cada uno de los ensayos, antes de empezar, les hablaba de «la siesta, la paella o Valencia»; siempre en español, por lo que los músicos conectaban con él desde el primer momento. «Tenía claro que debía aprender algo de español porque hablar la lengua de los músicos es una muestra de respeto para con ellos», explica.
Proviene de Taiwán pero reside en París, donde ha sido director asistente de la Orquesta Nacional d’île-de-France durante la temporada 2020-2021. Ha trabajado también con la Filarmónica del Sur de Dinamarca y el Festival de Cuerdas de Lucerna. También ha colaborado con la Orquesta Sinfónica Nacional de Taiwán, la Orquesta Sinfónica de Gran Canaria y la Filarmónica George Enescu, entre otras.
Se define como un enamorado de la cultura española: de sus ciudades, de su gastronomía – se va probando la paella, la horchata, las patatas bravas, la sangría y la cazalla -, y de su lengua. Ha vivido la experiencia al máximo; en el terreno musical y, también, en el personal. Lo reflejaba en sus ojos y en su eterna sonrisa, una muestra de agradecimiento continuada.
«La organización del concurso ha sido magnífica -, contaba a todo el mundo en el cóctel posterior a la final-. Todos los concursantes hemos estado muy cuidados y perfectamente atendidos. El ambiente ha sido muy familiar».