Desde el arranque de la organización del I Concurso de Dirección de Orquestas «Llíria City of Music», el Ayuntamiento de Llíria tuvo claro que la dirección artística era un elemento clave para garantizar el éxito de la competición. Fue entonces cuando contactó con Cristóbal Soler, uno de los directores más importantes de su generación.
A pocos días del inicio del concurso, hablamos con él sobre los aspectos artísticos de la cita: repertorio, jurado o criterios de valoración, entre muchos otros aspectos.
Pregunta: Llíria es un referente en el ámbito musical, más aún desde su denominación como Ciudad Creativa por la UNESCO. El Concurso de Dirección de Orquestas es la primera gran iniciativa, ¿qué supone para Llíria organizar esta competición?
Respuesta: Creo que es una de las mejores iniciativas artísticas musicales para poner en valor a la ciudad de Llíria, ya que estos proyectos culturales, a medida que van consolidándose, colocan a su ciudad en el mapa internacional.
P: El concurso lleva muchos meses de preparación y has participado prácticamente desde el inicio, como director artístico. ¿Cómo te llega la propuesta? ¿Qué significa para ti esta dirección artística?
R: Ante el nombramiento que recibe la Ciudad de Llíria como “Ciudad Creativa» en la categoría de Música por Unesco, el Ayuntamiento – a través de su Concejalía de Cultura, representada por Pedro Alamà – se pone en contacto conmigo para plantear un proyecto musical que refuerce tal denominación.
Teniendo en cuenta, como presidente de la Asociación Española de Directores de Orquesta (AESDO), que España se había quedado sin el concurso internacional de dirección de orquesta de Cadaqués desde hace unos años; entendíamos que era necesario ocupar perfectamente este espacio vacío con un nuevo proyecto desde Llíria.
Es un gran honor y me satisface mucho crear, junto al Ayuntamiento y un equipo de personas de confianza, un evento musical con una dimensión artística de alcance internacional única, con el principal objetivo de apoyar al joven talento y la excelencia en la dirección de orquesta.
P: Los protagonistas del concurso son jóvenes directores que se enfrentan a una oportunidad única, ¿no es así?
R: Así es: ha habido una selección previa de 188 aspirantes reducida finalmente a 25 candidatos. Durante la semana de concurso, van a ser valorados por un tribunal muy competente, de tal modo que aquellos que lleguen a la final van a tener la oportunidad de que les conozcan personalidades destacadas del mundo profesional de la dirección de orquesta, como directores titulares, gerentes de orquestas, managers , críticos, etc. Además, el ganador podrá ser contratado por diez de las principales orquestas sinfónicas de nuestro país.
P: Ha habido 188 inscritos, pero competirán solo 25. Se enfrentan a un repertorio exigente y variado, con obras de Stravinsky, Tchaikovsky, Mozart, Beethoven… ¿Qué nos puedes comentar brevemente del repertorio?
R: Es importante para un concurso que, en sus fases eliminatorias, se aborde la interpretación y dirección de los diferentes estilos y géneros de la música orquestal de los grandes compositores, así como también la interpretación de una obra de nueva creación. En esta ocasión ha sido compuesta ex profeso por nuestro compositor actual más internacional, Francisco Coll. Creo que este objetivo se ve reflejado claramente en el repertorio exigido en las diferentes pruebas.
P: Serán juzgados por un jurado de primer nivel. ¿Cómo se ha llevado a cabo la elección de los miembros del tribunal?
R: Queríamos que fuera un tribunal con una vasta experiencia y con un curriculum internacional, que reflejara su conocimiento y sabiduría musical. De hecho, cada uno de ellos han sido directores titulares durante años en diferentes orquestas sinfónicas, así como pedagogos en la dirección de orquesta, en universidades americanas y europeas. Además, hemos invitado al propio compositor de la obra de estreno, que se interpretará en la fase final, para tener una perspectiva diferente desde la posición de el creador y, de este modo, pueda aportar su criterio a la decisión final.
P: Cuando un jurado tiene que valorar a los candidatos, ¿en qué parámetros centra su atención?
R: Hay parámetros objetivos como por ejemplo la precisión, el ritmo, la afinación, sonido, balance y dinámicas. Pero creo que lo más importante será valorar aquello que puedan transmitir, que va más allá de las notas. Realmente va a ser muy difícil de valorar, ya que en el arte la subjetividad juega un gran papel y marca la diferencia y la singularidad del artista.
P: Es una gran responsabilidad porque el ganador recibe un importante premio. Y es que más allá de la dotación económica, podrá ser invitado a dirigir alguna de las mejores orquestas del ámbito nacional, ¿verdad?
R: Como hemos comentado antes, el gran atractivo es la colaboración de las diez orquestas sinfónicas principales de nuestro país, ya que puede ser un excelente escaparate y una valiosa experiencia para el joven director, tan necesario en el complejo mundo profesional de la dirección de orquesta.
P: Por último, hablemos de la orquesta residente del concurso, una pieza fundamental, conformada principalmente por músicos de Llíria de primer nivel. ¿Es un valor añadido de este concurso?
R: Entre los puntos fuertes que debe tener un concurso de estas magnitudes artísticas es contar con una orquesta residente que represente la excelencia: es la mejor tarjeta de presentación para los candidatos seleccionados que llegan de todas las partes del mundo. Creo que una de las características de Llíria es que podemos contar con excelentes músicos profesionales y solistas que forman parte de diferentes orquestas sinfónicas, y que esta vez se reúnen para un evento de especial magnitud en la historia de su ciudad.
